Hay cientos de otros ejemplos de personajes impresionantes en la literatura nacional y extranjera. En la categoría de suspenso y terror, podemos mencionar a los icónicos Drácula, creado por Bram Stoker, y Jack Torrance, de Stephen King. Entre las novelas clásicas, se encuentran Romeo y Julieta, de William Shakespeare, y Don Quijote de la Mancha, del autor español Miguel de Cervantes.
La literatura contemporánea también nos presenta personajes buenos y llamativos, como Harry Potter, de J.K. Rowling, que se ha convertido en un fenómeno juvenil mundial. Además, las hermanas Bibiana y Belonísia, de Itair Vieira Júnior en «Torto Arado», son ejemplos de personajes fuera de lo obvio.
Crear personajes cautivadores, con personalidad y atributos que capten la atención del lector, no es tarea fácil. Se requiere un trabajo continuo, combinando práctica y estudio. Cuando nos planteamos escribir un libro, inmediatamente nos vienen a la mente personajes, lugares, situaciones y, muchas veces, el desenlace de la historia. Para que la historia resulte atractiva y deleite al lector, todo debe estar bien construido. Para crear buenos personajes, se recomienda crear una ficha de personaje.
En una novela, que tiene una trama profunda y una narrativa larga, los personajes fundamentales, sean protagonistas o no, deben tener su propia ficha de personaje creada. En una obra de escritura más pequeña, como un cuento, naturalmente habrá menos conflictos en la trama y menos personajes para crear sus fichas.
Protagonista, antagonista y demás personajes
En los libros de narrativa de ficción, los personajes son seres que llevan a cabo acciones propuestas por el narrador. Un conjunto de personajes, que se relacionan entre sí, conforman el grupo de participantes de la narración.
Generalmente, los personajes se dividen en tres categorías:
- El protagonista, o personaje principal, es un ser de fuertes rasgos y una personalidad bien elaborada, con la misión de encantar al lector. El protagonista es generalmente visto como un héroe, pero cuando tiene una personalidad y actitudes que confrontan las expectativas del lector, se le considera un antihéroe. Un ejemplo de antihéroe es Macunaíma, de Mário de Andrade, descrito como un «héroe sin carácter».
- El antagonista es aquel que rivaliza y se opone al personaje principal. Este antagonista puede ser, por ejemplo, el villano de la historia.
- Los personajes secundarios tienen rasgos menos elaborados en la narrativa, pero son fundamentales para el buen desarrollo del libro.
Creación de ficha de personaje
Crear una ficha de personaje es un ejercicio que aportará a tu historia un elemento llamativo y atractivo con personalidad propia. Y no te equivoques que la ficha es rápida y sencilla de realizar, basta con mencionar el nombre de ese personaje o sus características físicas. Debemos pensar en comportamientos, historia de vida, relaciones con el universo y mucho más.
En la metodología a presentar trabajaremos con tres niveles de creación.
- La capa periférica, relacionada con las características físicas;
- La capa de entorno, relacionada con el pasado y las experiencias de vida;
- La capa central, relacionada con los aspectos psicológicos del personaje.
La metodología utilizada aplica para la creación de cualquier tipo de personaje, ya sea protagonista, antagonista o personaje secundario. El desafío, además de crear estos personajes, es poder insertarlos de la mejor manera posible en la narrativa. Pero la construcción narrativa es tema para otro artículo.
Capa periférica
Esta capa es sencilla de crear, con datos que inmediatamente vienen a la mente del autor al crearla. Se piensa en cómo es físicamente el personaje, cómo se comunica con otras personas y también datos básicos como nombre, edad, etc.
Perfil básico
- Nombre, edad y sexo;
- dónde nació, dónde vive actualmente;
- profesión/ocupación, posición social (rico/pobre).
Apariencia fisica
- Altura, porte físico, color de ojos, color/tamaño/textura del cabello;
- rasgos llamativos (tatuajes, piercings, cicatrices, marcas de nacimiento);
- accesorios de uso frecuente (gafas, pulsera, reloj, etc.), estilo de vestimenta;
- su apariencia es: descuidada, ordenada, casual, etc.
- padece enfermedades crónicas o es sano, tiene otras peculiaridades de salud;
- su forma de caminar y comportarse es: arrastrado, confiado, apresurado, distraído, tímido.
Comunicación
- estilo de hablar: formal, educado, lleno de jerga o con acento;
- velocidad del habla, rápida, lenta, elocuente, prolongada;
- tono de voz: melodioso, grave, agudo.
- su postura es: rígida como la de un militar, erguida como la de un artista de circo o descuidada.
- frases llamativas o impactantes.
- Su expresión suele ser: hostil, neutral, dulce, distraída.
Capa de entorno
La capa de entorno puede entenderse como una pequeña biografía del personaje. Entendemos la historia del personaje y cómo se formó su personalidad.
El pasado
- ciudad donde nació;
- cómo fue su crianza: rígida, mimada, sufrió abandono;
- nivel de escolaridad;
- practicaba deportes, cursos, teatro;
- profesiones u ocupaciones ejercidas;
- quiénes fueron sus referentes (personalidades, deportistas);
- pasatiempos cuando era niño/adolescente;
- eventos memorables de su infancia: primer recuerdo, recuerdo más triste o más feliz, recuerdo más impactante;
- cuáles son sus mayores traumas infantiles y juveniles;
- antecedentes penales, si los tiene.
Familia
Familiares más cercanos o que tengan/tuvieron un impacto relevante en el personaje.
- Edad (si está vivo):
- ocupación/profesión:
- cómo es la relación con el personaje;
Otras relaciones
- Mejores amigos y otras amistades relevantes;
- Enemigos;
- Impresión que el personaje da a desconocidos, compañeros de trabajo, profesores, jefes y otras personas con autoridad, a sus amigos, etc.
- qué redes sociales utiliza y con qué finalidad;
- qué tan importante es el amor para él/ella y qué busca en una relación;
- cómo sería su pareja ideal;
- ¿cuántas personas llorarían su muerte?
Capa central
La etapa más desafiante y compleja al crear una ficha de personaje. Se crea la esencia del personaje.
Aspectos psicológicos
- El personaje es: inteligente y embaucador/a; inteligente y estudioso/a; optimista/ pesimista; realista/soñador/a; extrovertido/a/introvertido/a;
- Lugar favorito;
- secretos que guardas y cuál es el más importante;
- lo que más quiere;
- mayor defecto;
- mejor calidad;
- cuál es su mayor logro;
- su estado de ánimo habitual es: feliz, neutral, desanimado, estresado o siempre fluctuante.
- padece cualquier trastorno o trastorno mental;
- qué piensa sobre: amor, poder, ambición o cambios;
- cualidades que valora en una persona;
- la causa social es importante;
- principios y visión moral;
- en qué situaciones está dispuesto/a a romper con sus principios.
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Creando un personaje convincente
Los buenos personajes son fundamentales en la construcción de historias de ficción. Un buen personaje impulsa la historia y conquista al lector. Es bastante común que empaticemos con el protagonista e incluso con el antagonista.
Lo que también ayuda a crear un personaje atractivo es la construcción de buenos diálogos. El diálogo es esencial para aprender sobre la personalidad, los gestos, las preferencias y otras características de comportamiento. Durante los próximos meses, te enseñaremos cómo crear un buen diálogo para tu historia.
Como ya podrás imaginar, no existe una regla específica y clara para crear un buen personaje, sino consejos y buenas prácticas. Y de eso hablaremos en los próximos temas.
Define el objetivo del personaje en la trama
Es poco probable que un personaje sin un objetivo y sin una dirección bien definida se gane el cariño del lector. La atracción (y el encanto) está directamente relacionada con la claridad de por qué se incluye a un determinado personaje en la trama.
¿Qué quiere? ¿Adónde va? ¿Con quién tiene una relación? ¿Cuál es su impacto e importancia para la historia?
Estas preguntas deben responderse a lo largo de la narrativa. Y si todo es coherente, es muy probable que al lector le guste el personaje.
¿Cómo quiere ser visto el personaje?
Un personaje atractivo no debe ser neutral, insulso. Necesita tener algo más que los demás. Necesita destacar. Y hay varias personalidades y comportamientos posibles para que esto sea posible. Como hablamos de una representación ficticia de una persona, es de esperar una pluralidad en su creación.
A continuación cito dos ejemplos de cómo puede ser un personaje atractivo.
Héroe, amado, conquistador
El chico bueno de la historia. Uno que tomará decisiones predecibles y que agradará a la mayoría de los lectores. No controvertido, conciliador, héroe, generalmente con conflictos románticos y el deseo de salvar el mundo. Personajes como este son bastante comunes y relativamente fáciles de crear.
Polémico, persuasivo, poco sentimental
Suele ser un personaje que provoca al lector en todo momento, tomando decisiones inesperadas y yendo siempre en contra de la «lógica de los hechos». Quiere hacerse el duro, pero en el fondo tiene ciertos sentimientos por alguien. Nunca está satisfecho con nada e induce al lector a odiarlo. Los antihéroes encajan bien aquí.
Ejemplos de buenos personajes en la literatura
En tan solo unos minutos podrás nombrar varios personajes que te dejaron huella en la literatura. Es imposible no recordar a quienes te hicieron llorar, creando una conexión emocional tan fuerte que por un momento olvidaste que era alguien que no existía.
Enumeraré algunos personajes literarios notables y, en ocasiones, el libro del que forman parte ha sido adaptado para la pantalla grande.
August Pullman («Extraordinario», 2012. R. J. Palacio)
El niño nació con un raro síndrome genético cuya secuela es una severa deformidad facial, que requirió varias cirugías, con importantes complicaciones médicas.
Inteligente, amable y cautivador desde el principio. La empatía inicial nos hace llorar, sufrir, reír y tener todas las emociones posibles a lo largo de la narración, donde August necesita lidiar con miradas malvadas debido a su inusual apariencia física. Y necesita afrontar el mayor desafío de su vida: ir a la escuela por primera vez.
Macunaíma («Macunaíma», 1928. Mário de Andrade)
El personaje más famoso de Mário de Andrade, Macunaíma, es llamado, justo en el título del libro, «héroe sin carácter». El personaje es un retrato de seres traviesos, perezosos, pero, al mismo tiempo, soñadores. Deja la selva amazónica y va a San Pablo para recuperar la muraquitã, un talismán que le robaron y que está en manos de Venceslau Pietro Pietra.
Macunaíma quedó marcado en la cultura popular, siendo un retrato del «brasileño promedio» de la época.
Capitu («Dom Casmurro», 1899. Machado de Assis)
Un personaje intrigante, que despierta curiosidad y misterio entre la mayoría de los lectores, al fin y al cabo, es a él a quien se le atribuye el mayor caso de supuesta traición. ¿Engañó a Bentinho o no?
Capitu es vista como una mujer de «ojos de gitana oblicuos y disimulados» y con «ojos de resaca». La discusión sobre la traición y toda la magia que rodea a esta pareja la convierte en un personaje increíble.
Sherlock Holmes (Varios libros, Arthur Conan Doyle)
El detective más famoso del mundo, de hecho, ¡mucho más conocido que su propio creador!
Sir Conan Doyle escribió una serie de libros sobre el astuto investigador Sherlock Holmes y, junto con el inseparable Dr. Watson, sus nombres quedaron marcados en la historia de la literatura mundial.
Holmes es un detective de métodos únicos con razonamiento rápido y lógico, además de un incomparable sentido deductivo. Su éxito es tan rotundo que incluso situó a Baker Street en el salón de los lugares más conocidos de la literatura mundial. Incluso hay un museo de Sherlock Holmes en el lugar.
Drácula («Drácula», 1897. Bram Stoker)
Uno de los personajes más exitosos de la literatura traspasó las barreras de las bibliotecas e invadió los cines y no se contenta sólo con el género gótico de Stoker.
Lo más impresionante es que la novela de Bram Stoker no fue la primera sobre vampiros y ni siquiera tuvo mucho éxito cuando se publicó. Sin embargo, si el principio no fue tan feliz para el creador y la criatura, hoy sin duda Stoker está muy contento con su trabajo.
Los vampiros están en todas partes y para todos los lectores, fanáticos del cine, de los cómics, en definitiva, cada uno tiene un vampiro al que llamar suyo, gracias a Bram Stoker y su Conde.
Hamlet («La tragedia de Hamlet», 1599. William Shakespeare)
Ser o no ser, ¡esa es la cuestión!
¡Es imposible no haber escuchado o leído nunca esta frase en algún momento de tu vida! Esto sin olvidar las apropiaciones y adaptaciones en todos los ámbitos culturales.
El príncipe Hamlet es controvertido, pero su vida es una tragedia de Shakespeare y ser héroe o villano es sólo una cuestión de punto de vista.
La obra de Shakespeare de 1599 fue un hito no sólo en la literatura, sino también en el teatro y el cine.
Y seguro que estás pensando que Shakespeare tiene otro personaje más famoso, de hecho, una pareja. Pero entonces sería muy obvio, ¿no? El caso es que el poeta inglés también fue un genio creando personajes.
Don Quijote («Don Quijote de la Mancha», 1605. Miguel de Cervantes)
El caballero andante más famoso y uno de los locos más queridos por los lectores y amantes de la cultura pop.
Don Quijote a caballo, junto a Sancho Panza, se enfrentó a molinos de viento, literalmente, y aún así logró ser referenciado por todos. ¿Necesito decir más por que es icónico?
Las ensoñaciones y preguntas del Quijote pueden parecer inútiles al principio, pero la determinación del caballero nos hace creer en sus razones, o al menos reflexionar mucho sobre las cosas de la vida.
Lo siento Zorro, pero el caballero más importante no lleva máscara.
Jay Gatsby, («El gran Gatsby», 1925. F. Scott Fitzgerald)
El sueño americano de los años 20 está muy bien retratado en la figura de Jay Gatsby. La construcción de un gran imperio, un gran amor y, al final, la ruina, tal como llegó la Gran Depresión en el 29.
La historia de Fitzgerald tiene glamour, romance, pero en contraste tiene la melancolía y la tristeza de alguien que lo perdió todo, en la figura de Jay. Una figura muy emblemática, muy «americanizada» que llegó a los cines en 2013, con Leonardo DiCaprio en el papel de Jay Gatsby.
Diadorim, («Grande Sertão: Veredas», 1956. Guimarães Rosa)
Diadorim es, sin duda, uno de los mejores personajes de la literatura brasileña. La genialidad de Guimarães Rosa en Grande Sertão está en cada detalle, ya sea en la propia narrativa, en la descripción de los escenarios, en la contextualización política de la época y, por supuesto, en sus personajes.
El personaje es de grandeza, de representación inimaginable para aquella época y, me atrevo a decir, incluso ahora. Un personaje que representa lo femenino y lo masculino de un universo tan único como el descrito por Guimarães Rosa, ciertamente tiene que estar en el estante más alto de la literatura.
Consideraciones finales
Lo más importante para construir un personaje atractivo es entender plenamente quién es y cuál es su importancia en la historia. Hay varios caminos a seguir y el escritor siempre debe preguntarse cómo y cuál será el impacto de este personaje.
La lista de personajes notables es interminable, recordando que incluso los autores ya mencionados tienen otros personajes que merecen ser referenciados. No entré en nichos específicos, como, por ejemplo, los cómics, entre los que tenemos decenas de superhéroes y nuestra querida Turma da Mônica.
Aún entre los niños, todos los cuentos de hadas con sus princesas y seres mágicos. Tenemos a nuestro Menino Maluquinho, que sería un buen amigo de Alice y sus animales mágicos.
También hay pequeños magos y sus amigos que están esperando una carta de aceptación a la escuela de magos, hay magos, elfos, dragones, etc.
Jane Austen, Stephen King, Victor Hugo, Alexandre Dumas y muchos otros autores también tienen sus personajes inolvidables.
¿Qué otros personajes añadirías a la lista? ¿Cuales son tus favoritos?
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